El otro día, mientras descansaba en la terraza, a mediodía, intenté escuchar todos los sonidos de la naturaleza... y era imposible captarlos todos... las chicharras, los pájaros, el mar a lo lejos, los coches, las risas de los niños que se bañaban en la piscina, un ladrido de un perro de repente, tantos y tantos sonidos envolventes.... sin duda es una buena meditación para cuando estamos en una tumbona descansado!
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