miércoles, 3 de octubre de 2012
asana, definición
En el ámbito del yoga, se denomina āsana (en sánscrito
आसन) a cada una de las distintas ‘posturas’ que tienen como objetivo actuar sobre el cuerpo y la mente.
Según sus practicantes, las āsanas actúan por resonancia desde determinados centros energéticos situados
principalmente a lo largo de la columna vertebral.
Las claves de su práctica son la lentitud de movimientos (a la hora de hacer y deshacer el āsana), la fase estática (o de mantenimiento de la misma), la respiración lenta, consciente y dirigida, y la atención mental en estado de alerta y receptivo a lo que está sucediendo.
En el Yoga sūtra, Patañjali dice de āsana: «debe ser firme y gozosa / el esfuerzo se vuelve no-esfuerzo y se alcanza lo eterno / entonces las dualidades cesan».
Ejecutada correctamente, la postura estabiliza no solo el cuerpo sino la mente, trayendo al practicante al momento presente, libre de la preocupación por el pasado o el futuro.
Las āsanas aseguran un físico fuerte y elástico, pero su efectividad radica en la capacidad para domar la mente mediante la disciplina. A diferencia del deportista que sólo cuida su cuerpo, el yogui presta atención a la mente que acompaña a la acción durante la āsana. Es un proceso de sensibilización gradual durante el cual la consciencia debe empapar cada miembro, órgano y tejido. Según sus practicantes, sólo volcado completamente en la ejecución de una āsana la mente se tranquiliza y «las dualidades cesan». (Información de Wikipedia, imagen de http://www.yogaes.com/asanas/index.php)
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